domingo, 10 de marzo de 2013

??¡’'¡’´`´`

 

¿Qué es la vida sino la eterna constancia del desconocimiento? No sé cómo aún no se ha instaurado alguna tendencia de des-conocer. Deconstruir el conocimiento. Se conoce de sobra que jamás conoceremos lo suficiente la realidad como para poder reconocer que poseemos el suficiente conocimiento necesario sobre algo. La ilusión del conocimiento. La percepción subjetiva de conocer algo. La idea de conocimiento. Todo idea. Todo sensible. Todo mentira. La idea del concepto de mentira. La mentira se formaliza en el texto. Se conoce que la mentira es parte del conocimiento. La mentira como ley de conocimiento. Por tanto, la mentira como ley de vida.

 

 

Sabéis. El otro día caminando por la calle vi a un perro atado a un poste en la calle. Justo en frente de un bar. Era un golden terrier y tenía pinta de llamarse Gus o Lars. Si, un nombre interesante seguro. Pensé –Joder, la gente siempre igual. Saca al perro y se va a los bares o se pone a ligar. Es lamentable. La gente no quiere lo suficiente a su mascota. Joder, qué mal. Esto no puede ser. Seguro que el dueño es un marido frustrado que tiene que pedir permiso a su mujer para ir al bar y como prefiero no hacerlo, saca al perro como excusa. Joder. Es una pena. El perro todo el día en casa y cuando lo sacan, lo atan a un palo. Qué pena, tío. Qué pena. Deplorable. Tremendo…–. Así iba andando mientras miraba al perro cagándome en la humanidad. Sin embargo, a su lado, contiguo al animal, había una persona sentada en terribles condiciones físicas, con trapos cubriéndole el cuerpo, un cartel que explicaba su situación, y, obviamente, mendigando. Bastante lamentable el panorama. Un perro abandonado por su dueño a cambio de una bebida o distracción y una persona sin techo. Y ahí pensé –Joder. Gloria. Tía. Cómo puede ser posible que te de pena un perro bien alimentado, en buenas condiciones, con un pelo que le da calor, que no pasa frío, que no está perdido (porque está atado a un palo), etc etc etc y que no te pares a pensar en el hombre. Das asco. Penoso lo tuyo. Inimaginable. Desastroso como ser…– Y así iba apesadumbrada reprochándome la falta de sensibilidad para con las personas frente a los animales.

Si señores, soy una persona bastante insensible. La sociedad me ha vuelto así. La sociedad nos ha vuelto así. Pero no os lamentéis por mi. Es innecesario. Yo prefiero lamentarme por vosotros. Si, amigos. Lo lamento. Lamento que la mayoría de las personas que se hubiesen encontrado en mi situación tan siquiera habrían sentido pena por el perro. No habrían sentido pena por ninguno de los dos. La gran mayoría que hubiese pasado frente a esas dos almas afligidas apenas habría reparado en ellas y jamás, jamás, habrían dedicado cinco minutos a debatir en un monólogo interno la triste situación que había ocurrido, quitando alguna excepción.

Yo, queridos amigos, por lo menos sentí pena por uno de ellos.

Y ahora os diré por qué no sentí pena por el mendigo. No sentí pena por él porque él, al fin y al cabo, es como nosotros. Un ser detestable, insensible e inhumano. La humanidad no humana. Paradójico. Somos detestables y no sentí pena por él como no la sentiría por vosotros ni por mi misma. Porque somos la cumbre de lo aberrante.

 

 

Este viernes-noche pasado hicimos amigos sin quererlo. Un grupo de gente se unió a nosotros en un bar casi sin poder evitarlo. Eran personas bastante más mayores que nosotros. Una mujer del grupo en cuestión, nos –me– machacó a preguntas. Qué estudias, por qué estás en Madrid, por qué Madrid, etc. La mujer sin nombre había estudiado BBAA y era algo así como una artista. No sé qué hacía exactamente porque no me molesté en interrogarla, no por descortés, sino porque apenas me dejaba hablar.

Cuando llegó a la ‘mítica’ qué quieres hacer cuando termines de estudiar, le comenté una de mis opciones. Ser crítica. Escribir sobre arte. Opinar sobre arte.

Estoy segura de que si el ser humano pudiese defecar en un momento determinado y de forma automática encima de aquellos que les producen asco, ella lo habría hecho sobre mi.

<Por qué crítica>. <Sabes el daño que hacen los críticos al mundo>. <No hay una ocupación peor> . . .

Tiene que haber gente para todo. Le dije, seguido de un –me voy a fumar–.

Cuando vuelvas te diré unas cosas acerca de esto. Comentó

No volví.

La vida.

 

Hoy suena a Tim Hecker ‘Trade winds, white heat’  http://open.spotify.com/track/56DtANH92Wh0BE7cUrb7hy  que estará en el L.E.V. Festival de Gijón. Qué carcoma. En esas fechas estaré en el SOS 4.8 de Murcia. O no tan carcoma porque estaré con John Talabot (en live, eh) con su ‘Oro y sangre’ y demás temitas http://open.spotify.com/track/6Rg227P2kJd6OLVLnukqop 

 

 

bucle_infinito

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.