Llevo tiempo queriendo hacer un blog sobre algo. ¿Qué? fue la gran pregunta que me atormentó durante meses. Algo que no exista. ¿Existe algo que no exista? Algo original. Dedicarse a una única cosa original conlleva mucho tiempo (escasea). Algo que divierta/entretenga. No sé contar chistes y los que me hacen gracia suelen ser MUY malos. ¿Blog sobre arte? Hay muchos y muy buenos… etc etc etc
Así que he decidido hacer un blog en el que abarcaré temas diversos (originales y no tanto, improvisados, sin relación aparente, actuales y vetustos…) con el fin de entretenerme (a mí misma y a quien le puede interesar) pero sobre todo porque a mis 22 años la memoria no es una de mis grandes facultades (escasea también) y escribiendo puedo recrear un baúl que albergue todas esas cosas que en algún momento me interesaron y que, posiblemente, leeré en un futuro sin poder reconocerme en ellas. Sometidos al continuo cambio.
Inauguraré mi little world escribiendo sobre el último ‘recorrido’ que hice por una galería. La semana pasada, con la angustia de los exámenes extinguida, uno puede volver a su ‘normalidad’ de perder el tiempo y no tanto. Así que uno de los planes que llevé a cabo fue visitar la galería de un gran profesor de Arte Moderno de la UAM. Se trata de la galería de José de la Mano, nombre también del profesor, especializada en pintura española antigua, dibujo antiguo y pintura moderna. En un primer flash, la idea de visitar una galería de arte antiguo (clásico o neoclásico) es algo que no despierta mucho mi interés (tendencia al arte contemporáneo en este instante). Sin embargo, arte antiguo es lo único que no vas a ver actualmente si te paseas por este cálido espacio compuesto de dos pequeñas salas conectadas entre sí; ya que el espacio dedicado a esto es ahora un despacho y las exposiciones se centran en arte contemporáneo. A menos que tuvieses la suerte (como yo) de entrar en esta tercera ‘sala’ de la galería y dejarte deslumbrar por el magnífico mobiliario antiguo, como caballetes o un espléndido expositor de dibujos; o dibujos preparatorios y piezas pictóricas como una alucinante Santa Faz de Zurbarán (siglo XVII), que hasta que no ves fuera de un museo / institución pública crees que es todo un complot en tu contra para que estudies cosas que no vas a llegar a ver nunca. Volviendo a su exposición actual, Clamor de Guerra nos acerca a obras, en su mayoría dibujos preparatorios de esculturas y algún bulto; de Tomás Ferrándiz Llopis; realizados durante la guerra civil española y que permanecieron bajo la sombra del aclamado Guernica. Este artista alcoyano, fallecido hace ahora 3 años, participó en la Exposición Internacional de París de 1937 y fue uno de los ilustradores de un libro de Versos en la guerra (Alicante, 1938) además de colaborar con la prensa republicana alicantina. Como es de presuponer, aunque de formas ambos bandos no entienden, Ferrándiz fue un republicano de pies a cabeza. He aquí un aperitivo como factor decisivo para que os animéis a visitarla:
La otra pequeña sala presenta obras abstractas y geométricas, como un par de Manuel Calvo (imagen), a la que no dedicaré más tiempo para despertar al lobo y haceros levantar de vuestro moldeado sofá …
Para no caer en la monotemática, mencionaré un libro al que nuestro querido profesor de Arte y Literatura Comparada nos ha remitido para realizar una práctica. Hablamos de Los que van a morir de Conor Fitzgerald (Mondadori, 2012) que, según él, mientras leía el verano pasado pensaba en sus futuros alumnos de historia del arte. Aún no lo he catado por completo, pero las referencias artísticas a las que alude en las 70 primeras páginas (Guercino, Battista Fontana, Pontormo… y la conocida y masificada cúpula de San Pedro del Vaticano que aparece en la portada) parece evidenciar más que una típica novela policíaca (de la que no me considero muy consumista).
Hoy suena a @goldpanda con su nuevo Trust http://snd.sc/XzEca8
Para aquellos que no conozcan a este londinense –> uno de los prodigios de la electrónica de los que hacen estremecerse.
Max y yo seguimos a lo nuestro
